domingo, 7 de diciembre de 2008

Conclusiones Esotericae


"Mi imaginación enfrentada a la realidad se parece un hombre que, visitando las ruinas de un monumento destruido, tiene que pasar por los escombros, seguir los pasadizos, agacharse en las poternas, para reconstruir más o menos el aspecto original del edificio en la época que estaba lleno de vida, cuando la alegría lo llenaba de cantos y risas o cuando el dolor era un eco para los sollozos". Alejandro Dumas.
Esta cita de Dumas está extraída de una entrevista al Sr. Pérez-Reverte en El País, y la he puesto como encabezamiento porque creo que además de ser una de las razones más hermosas que inspiran al novelista, resume muy bien la labor de todo buen historiador. Por otro lado, esto es obviado por los que no pretenden dedicarse a un quehacer historiográfico concienzudo, bien porque les da igual (es el caso del filósofo y la "dialéctica general" del discurso filosófico), o bien por mera ignorancia (es el caso, para lo que nos atañe, de los tradicionalistas, o de aquellos historiadores más cercanos a interpretaciones un tanto parciales o excesivamente sistemáticas). Esto viene a cuento porque desde el mes pasado le llevo dando vueltas a la idea de escribir algo acerca del denominado "Esoterismo Occidental". Quien me haya leído hasta ahora sabrá que no estoy muy convencido con la razón de ser de esta disciplina histórica desarrollada primordialmente entre Holanda y Francia; quizás este hecho les puede parecer paradójico a muchos, ya que se supone que pretendo dedicar mi labor investigadora a la Historia del Hermetismo, y qué mejor que hacerlo que nadando en el estanque de la especialización. Bueno, trataré de explicarme lo mejor que pueda.

Antes que nada, he de decir que aún me falta mucha bibliografía por leer sobre el tema. Mis referencias en todo momento son Faivre y Hanegraaff, precisamente los valedores de este "Esoterismo Occidental". En sus escritos se vislumbran las razones que les han llevado a sistematizar el estudio de la Historia de la Filosofía Hermética y sus corrientes aledañas, y aunque creo haberlas leído y releído con impecable atención, no sé... no me convencen demasiado. Quizás estos dos investigadores sí pueden presumir de haber llevado a cabo una labor encomiable en los difíciles terrenos del hermetismo moderno, pero dudo mucho sobre la continuidad de su legado. Según mi experiencia, los estudiantes que enfocan sus estudios de posgrado en esta especialidad, suelen ser excesivamente "creyentes" en esto del hermetismo, es decir, que adoptan una visión "emic" (y pido perdón a la antropología por adoptar puede que impropiamente el término) del asunto. Lo que pretendo decir es que a un mozalbete ávido de conocimientos esotéricos no se le puede encaminar tan alegremente hacia la especialización. El hermetismo juega un papel fundamental en cada época histórica, pero en todo momento ha de contemplarse su participación en virtud de un contexto mucho mayor y siempre cambiante. Y esto es esencial. Para comprender los elementos herméticos y neoplatónicos del humanismo renacentista, iniciado entre otros por Nicolás de Cusa, uno debe entender la Devotio Moderna y la mística renano-flamenca, por ejemplo. Y además, y siguiendo con el ejemplo, debe conocer con cierta profundidad las fuentes concretas que llevaron a estos devotos creyentes y filósofos a hablar del Trimegisto en sus escritos, y todo ello teniendo en cuenta las polémicas habituales en el seno de la Iglesia. No es que yo conozca estas fuentes y pueda hablar de ellas, como ya he dicho en más de una ocasión, soy un simple ignorante; lo único que sé es que cualquier estudio "microcósmico" obliga al investigador a conocer un enorme "macrocosmos" complejo y cambiante, un macrocosmos que no tolera un embudo de especialización demasiado estrecho. Por otro lado, sé muy bien que el Sr. Hanegraaff es plenamente consciente de estas dificultades, y además que las sortea con gran elegancia, pero no estoy tan seguro en cuanto al colectivo estudiantil que le circunda. Ojo, no estoy seguro de esto que digo, y espero poder comprobarlo alguna vez in situ.

Antes de seguir con la argumentación traduzco aquí la definición que la Universiteit van Amsterdam hace del "Esoterismo Occidental":
"El moderno término de "Esoterismo Occidental" es utilizado como una denominación general para referirse a una gran variedad de corrientes y tendencias religiosas en la cultura occidental –desde la Antigüedad en general, y desde el Renacimiento a nuestros días en particular–, caracterizadas todas por la creencia en que el verdadero conocimiento de Dios, la creación, y el hombre sólo pueden ser aprehendidos en términos de experiencia espiritual o iluminación interna. Esta clase de "conocimiento" se ha identificado normalmente con la palabra griega "gnosis". Partiendo de este planteamiento se tratará de ir más allá de la mera racionalidad y el lenguaje dialéctico, y así, será representativo de este Esoterismo Occidental una marcada preferencia por utilizar formas de expresión "imaginativas", simbólicas y míticas. Por esta razón, las corrientes que conforman el Esoterismo Occidental no se detienen en los dominios de la religión y la filosofía, pero se confunden con éstas en cuanto a las artes visuales, la música y la literatura. Asimismo, debido a que estos movimientos reclaman un conocimiento superior no sólo sobre Dios y el hombre, sino además sobre el mundo físico, han formado parte de la historia de las ciencias naturales, y son esenciales para entender la revolución científica operada en el siglo XVII. Los procesos de modernización, secularización y desencanto del mundo, desarrollados desde el siglo XVIII, han causado una profunda transformación del Esoterismo Occidental, y es habitual en nuestros días que éste trate de presentar sus perspectivas como compatibles (o superiores) frente a la ciencia dominante. Desde que la Iglesia y el Estado iniciaran su separación, las modernas democracias han asistido a una enorme proliferación de fraternidades y organizaciones esotéricas, que no es otra cosa que un evidente surgimiento de un "ambiente espiritual", con el fin de satisfacer los intereses esotéricos del moderno consumidor de espiritualidad".
Como definición es impecable, pero desde mi punto de vista no aclara el por qué ha de estudiarse como un todo disciplinar la filosofía helenístico-egipcia fraguada en los centros urbanos del Egipto ptolemaico y romano y que conocemos como "hermetismo", y por ejemplo la Teosofía de Blavatsky, un intento decimonónico de sincretismo religioso ligero y de tono "esotérico". Qué demonios, no tiene absolutamente nada que ver una cosa con la otra, y si bien puede trazarse una línea delgadísima desde algunas filosofías de las postrimerías de la Antigüedad (y no sólo el hermetismo) y los modernos movimientos esotéricos, sus principios y fines son tan distantes y distintos, que a la hora de emprender cualquier estudio sobre el tema, realmente la utilidad de esta visión global pierde sentido. De hecho, creo que habría que deslindar el estudio de muchos de los movimientos y filosofías antiguas y modernas considerados dentro del Esoterismo Occidental (por ejemplo, los modernos movimientos esotéricos, la Nueva Era, la Teosofía de Blavatsky o el Ocultismo, además del Gnosticismo Tardoantiguo, el Medioplatonismo o el Neoplatonismo) del estudio de la Historia de la Filosofía Hermética, y no es que pretenda ser canónico o decir con milimétrica precisión qué es el hermetismo, pero sí que creo que levantar demasiados puentes entre cosas excesivamente separadas en el tiempo y en la propia esencia, no hace sino confundir al neófito y en cualquier caso empobrecer la calidad investigadora. Por decirlo claramente, en la actualidad pienso que es innecesaria esta especialización de cuño franco-holandés, y prefiero la forma de trabajar, entre otros, de los investigadores que forman el proyecto Hermes Latinus (por citar sólo algunos nombres: Jean-Pierre Mahé, Paolo Lucentini, François Hudry, Ilaria Parri, Damien Delp, Pasquale Arfé, Antonella Sannino, David Porreca, Isabelle Draelants, Moshe Idel, Charles Burnett, Kevin van Bladel, Sylvain Matton, Jean-Marc Mandosio, Irene Caiazzo, o José Rodríguez). Considero sus logros más honestos y humildes en su ejecución, y desde luego están sabiamente alejados de los discursos excesivamente abstractos e inútiles del tipo "¿Qué es el Esoterismo?", etc. Por otro lado, no creo que pueda hablarse de una añeja "historiografía clásica" ocupada incidentalmente en la Historia del Hermetismo (Festugiére, Yates) y una actual historiografía especializada y por lo tanto más eficaz. No sé, el tiempo lo dirá, supongo.

Creo que puedo resumir lo que digo en esto mismo: prefiero un historiador "al uso", experto, por decir algo, en el Renacimiento o en la Historia de la Iglesia en el Barroco, y que eventualmente se dedique a vislumbrar esto del hermetismo, que un estudiante que nada más acabar sus estudios de Historia o Filosofía se especialice en Historia de la Filosofía Hermética. Yo creo que este último carecerá desde el principio de una adecuada preparación, que dada la marginalidad inevitable de la filosofía hermética en el contexto de la Historia general del Pensamiento, le llevará a conclusiones en exceso precipitadas; este hecho unido a la "delicada" naturaleza del hermetismo, que se presta más que otra filosofía al entusiasmo militante, puede que dé como resultado a más hermetistas indignados por un mundo desacralizado que a historiadores como Dios manda.

Estoy de acuerdo con una cierta especialización de los historiadores de la religión y la ciencia en los modernos movimientos "esotéricos" y herméticos, que creo siguen un mismo patrón que ahora no viene al caso comentar. No obstante, todo lo que pueda decir no tiene valor ante una persona con verdadera vocación y talento, que inmerso o no en la especialización, desarrolle un buen trabajo... Tan sólo quería expresar aquí mis dudas acerca del denominado "Esoterismo Occidental", una joven disciplina aún a examen.

Por cierto, quería dar la "bienvenida" a José Rodríguez, que gracias al cielo ha reaparecido con una entrada interesantísima en su blog. Me comenta José Rodríguez que me quede tranquilo acerca del hospedaje, ¡y en verdad lo que me preocupaba era su salud!, y es que las desapariciones repentinas siempre estimulan la imaginación... Cambiando de tema, las imágenes de la conferencia me han parecido fantásticas, y de hecho, ávido de conocer cómo había ido el evento, le envíe hace tiempo un correo a su organizador, Miguel López, que me reenvió al blog de McLean; pero ver así, tan de cerca, las caras de investigadores de primer nivel que uno admira no tiene precio. ¡Ojalá hubiera podido ir! Una lástima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario